AMOR Y GUERRA. TOUR PASIONAL
Los cuadros del Museo del Prado contienen emociones y sentimientos que están impregnados en nuestros genes. Emociones que alcanzan la máxima expresividad en las pinturas famosas y Obras de Arte del Museo del Prado. Como el Amor Trágico de los Amantes de Teruel de Antonio Muñoz Degrain. O el horror lóbrego que emana, implacable, de algunas obras maestras de Francisco Rizi, Eugenio Lucas y pinturas negras de Goya.
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En efecto, emociones y sentimientos concatenados que albergan los cuadros del Museo del Prado despiertan a su vez reacciones emocionales y sentimientos de diversa índole en los espectadores, como se aprecia en el Guercino, antes referido, o cuadros de Velázquez.
En La Fragua de Vulcano, el asombro e incomodidad que expresan las facciones del “Dios-Herrero” al enterarse de que su amada Venus, no le es fiel, provoca, contrariamente, diversión en muchos observadores.
La entrañable calma que trasciende de Vista del Jardín de la Villa Medici en Roma nos causa, en cambio, emociones que armonizan con calma, como embelesamiento y aprecio estético.